El pollo frito es uno de los alimentos más deliciosamente indulgentes que existen. Su carne jugosa y bien condimentada es el acompañamiento perfecto para otros clásicos como las patatas fritas, aros de cebolla o fingers.
Un plato que se ha perfeccionado en todo el sur de Estados Unidos, el pollo frito generalmente consiste en piezas de aves de corral que se marinan en una salmuera de suero de leche antes de pasarlas por harina sazonada y freírlas en abundante aceite caliente, aunque hay tantas «recetas secretas» para el pollo frito como cocineros que lo fríen.
Como sabe cualquier amante del pollo frito, el plato tiene el potencial de ser grandioso, y a menudo también puede ser un desastre culinario, ya sea porque esté poco salado, con el rebozado demasiado grasiento o incluso crudo en su interior. Además de asegurarte de que esté condimentado en su punto, la mejor forma de preparar un pollo frito perfecto es freír la carne a la temperatura correcta, ya que el aceite demasiado frío o demasiado caliente puede causar estragos en este clásico.
La temperatura del aceite
¿Alguna vez has tenido la desgracia de morder un trozo de pollo frito cuya corteza estaba quemada por fuera pero la carne estaba cruda, o cuya corteza estaba sin brillo, pálida y grasienta? Estos errores son muy comunes cuando se trata de preparar pollo frito, y todos pueden atribuirse a freír en aceite demasiado caliente o demasiado frío, respectivamente. Al freír pollo, calibrar correctamente la temperatura de fritura es el paso más importante para lograr un pollo frito perfecto.
Hacerlo es cuestión de poner el pollo frío en aceite muy caliente, porque la carne bajará la temperatura rápidamente. Se recomienda usar un termómetro para que el aceite alcance los 180°C que descenderá a unos 150°C cuando añadas algunas piezas de pollo. A medida que fríes la carne en tandas, debes jugar con la temperatura de la sartén para mantener el aceite entre 150°C y 160°C, una temperatura lo suficientemente alta como para dorar y tostar la corteza, al tiempo que permite freír correctamente los trozos de pollo en un tiempo razonable, un poco menos de media hora.
Freír el pollo
Las dos claves principales para hacer un pollo frito casero perfecto son la temperatura del aceite y el paso a paso de la fritura.
- Para obtener un pollo verdaderamente dorado y crujiente, utiliza una sartén de hierro. No hay nada mejor que una sartén pesada de hierro fundido para una distribución uniforme del calor y una fritura confiable.
- Elige aceites con un alto punto de humo como el aceite de oliva virgen extra.
- El aceite debe tener aproximadamente 3 centímetros de profundidad en la sartén, llegando aproximadamente a la mitad de la comida.
- Como hemos comentado anteriormente, la temperatura del aceite debe ser de unos 150°C – 160°C.
- Utiliza pinzas, para sumergir con cuidado los trozos de pollo en el aceite con la piel hacia abajo. Comienza colocando el pollo desde el exterior de la sartén hacia el interior para evitar salpicaduras.
- Freír en tandas, no abarrotar. Sobrellenar la sartén reducirá la temperatura del aceite, lo que hará que se absorba más aceite y que el resultado sea un pollo grasiento y empapado.
- Cuando las piezas de pollo estén doradas, retíralas a una rejilla para enfriar (no papel de cocina) colocada sobre una bandeja para hornear para que caiga el exceso de aceite.
- Sala el pollo frito mientras aún está caliente y, si lo estás friendo en tandas, mantén las piezas calientes en el horno a 95°C.
Selección del Aceite de Fritura
Para freir pollo nosotros preferimos el elemento básico de la dieta mediterránea, el Aceite de Oliva Virgen Extra. Gracias a su resistencia a las altas temperaturas, es el mejor aceite para freír ya que su punto de humo ronda los 210 °C.
Guarda una buena relación entre fluidez y resistencia debido al alto contenido en ácido oleico. En definitiva, no «se detiene» demasiado sobre la comida y la fritura queda seca y los riesgos asociados a la oxidación son limitados. Por lo tanto, un buen aceite de oliva virgen extra sella los alimentos, dejando crujiente y ligero tus fritos.
Pero no todos los aceites de oliva virgen extra son iguales. Para una fritura delicada, nuestro consejo es utilizar un aceite ligero y suave. Un aceite ligeramente afrutado con un sabor principalmente suave, con sensaciones amargas y picantes apenas perceptibles, como el Aceite de Oliva Virgen Extra Casalbert, que está disponible en nuestra tienda online.
Un coupage realizado solo con aceites de las mejores variedades, desarrollado por nuestros expertos y preparado para los mejores paladares. Un Virgen Extra que te hará disfrutar y sentir tus platos de una manera diferente.
Entre sus múltiples cualidades destacan el sabor de almendra y manzana, un aceite suave y equilibrado en boca, dejándolo limpio y fresco cuyo aroma afrutado refleja las variedades de su composición. Por ello se recomienda usar en platos fríos o calientes, ideales para pescados, ensaladas, carnes, alimentos crudos, así como frituras.