AOVE y frutos secos en la dieta mediterránea

La dieta mediterránea enriquecida con AOVE y frutos secos ayuda a preservar la función cognitiva y disminuye el riesgo de sufrir accidentes cerebrales hasta un 30%. Son algunos de los beneficios que un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona atribuye a la dieta mediterránea

 

Beneficios que se agregan a los muchos otros ahora universalmente conocidos que incluyen:

  • Reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
  • Retraso del envejecimiento celular.

Gracias a estas propiedades, la UNESCO incluyó la dieta mediterránea entre los patrimonios intangibles de la humanidad en 2010.

Otros beneficios del AOVE, compartido en parte con frutos secos y semillas oleaginosas son:

  • Prevención de algunas formas tumorales gracias a los polifenoles.
  • Propiedades antiinflamatorias gracias al oleocantal, en el aceite de oliva virgen extra, un compuesto que actúa como medicamento antiinflamatorio no esteroideo. (Algunos estudios muestran que es precisamente el oleocantal lo que determina la sensación de picazón en la garganta típica del AOVE).
  • Mejora de la glucemia posprandial y del perfil lipídico de sujetos con prediabetes.

 

Contenido

1 Frutos secos y aceite de oliva virgen extra en la dieta mediterránea: el estudio 

1.1 Los resultados: la adición de aceite de oliva virgen extra y frutos secos disminuye en un 30% los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares

1.2 ¿Cuáles son los beneficios de los frutos secos y el aceite de oliva virgen extra?

2 Dieta mediterránea de nueces, almendras y AOVE

3 Frutos secos y aceite de oliva virgen extra: consejos de uso

 

Frutos secos y aceite de oliva virgen extra en la dieta mediterránea: el estudio

La capacidad protectora y los efectos beneficiosos del AOVE y los frutos secos se demuestran en varios estudios clínicos, con datos cada vez más actualizados. El estudio español Predimed es el que más contribuye a dar a conocer las ventajas de insertar frutos secos y aceite de oliva virgen extra en su dieta mediterránea.

La efectividad de estos componentes específicos de la dieta surgió gracias a las observaciones recopiladas en varias áreas del país en más de 7.500 personas, de 55-60 años y 80 años y seleccionadas entre sujetos con importantes factores de riesgo cardiovascular como la diabetes 2, o con al menos 3 de estos factores:

  • Hábito tabáquico
  • Hipertensión
  • Sobrepeso / obesidad
  • Altos niveles de colesterol malo (LDL)
  • Bajos niveles de colesterol bueno (HDL)
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular

 

La población estudiada se dividió en tres grupos que aceptaron seguir la prescripción durante aproximadamente 5 años, con tres tipos de dietas:

  •  Una dieta de control, caracterizada por un bajo contenido de grasa pero con un bajo consumo de aceite de oliva virgen extra y frutos secos.
  •  Una dieta mediterránea típica a la que se agrega aceite de oliva virgen extra todos los días (aproximadamente 1 litro / semana).
  •  Una dieta mediterránea que incluye todos los días la adición de 30 g de frutos secos entre nueces (15 g) avellanas (7.5 g) y almendras (7.5 g).

 

Los resultados: la adición de aceite de oliva virgen extra y frutos secos disminuye en un 30% los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares

Los resultados muestran que la adición de AOVE o frutos secos a la dieta mediterránea aporta beneficios claros para la salud con:

  • Una reducción en el número de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares del 30% en comparación con la dieta sin aceite de oliva virgen extra o frutos secos.
  • Los que consumieron frutos secos preservaron mejor la memoria.

¿Cuáles son los beneficios de los frutos secos y el aceite de oliva virgen extra?

Los autores de la investigación explican que el efecto preventivo de los frutos secos y del AOVE se debe en gran medida a la presencia de:

  • Ácidos grasos poliinsaturados (omega 3 prevalentes en nueces y omega 6, prevalentes en avellanas y almendras).
  • Fibras y minerales y vitaminas.
  • Un alto contenido de polifenoles, que tienen un reconocido efecto de defensa antioxidante.

 

Dieta mediterránea de nueces, almendras y AOVE

El estudio realizado por investigadores del Institut d’Investigacions Biomediques August Pi i Sunyer (Idibaps) en una muestra de 447 personas mayores de 67 años, cognitivamente sanos, ha demostrado que una ingesta regular de nueces, almendras y AOVE impide :
  • Deterioro cognitivo.
  • Mejora la memoria gracias a los antioxidantes presentes en el aceite de oliva y frutos secos.
La muestra que obtuvo estos resultados se sometió a una dieta baja en grasas complementada con:
  • 30 gr por día de almendras, nueces y avellanas.
  • 1 generosa dosis de aceite de oliva virgen extra.
Los mayores de 65 años de los dos grupos sometidos a nutrición mediterránea con adición de aceite, almendras y nueces han resaltado un mejoramiento de sus facultades mentales, explica Emilio Ros, coordinador del proyecto de investigación, en las páginas de la revista científica JAMA Internal Medicine.

Frutos secos y aceite de oliva virgen extra: consejos de uso

AOVE en la cocina

El aceite de oliva virgen extra, usado en crudo en ensaladas o para condimentar cualquier otro tipo de plato aporta al organismo vitamina E y polifenoles, los compuestos químicos que combaten la acción de los radicales libres, responsables de la oxidación, y por lo tanto del envejecimiento celular y en consecuencia del deterioro cognitivo.

Incluso el aceite de oliva virgen extra cocinado es preferible a otros condimentos, como la mantequilla o los aceites de semillas, porque resiste la cocción mejor y mantiene sus propiedades inalteradas. Esto ocurre, en particular, con el aceite obtenido únicamente de procesos mecánicos, sin la adición de productos químicos.

Un aceite rico en polifenoles es reconocido por el sabor «picante», que causa la sensación típica de hormigueo en la garganta.


Nueces, almendras y avellanas en la cocina

Otra fuente natural de antioxidantes son las almendras, o más bien, la piel marrón que las cubre. Las avellanas y las nueces, por otro lado, son ricas en vitamina E, estas últimas contienen una cantidad que es 15 veces mayor que la de otros frutos secos.

Las almendras, las nueces y las avellanas son ideales para ser consumidas como tentempié a media mañana o por la tarde, pero también se pueden utilizar para dar un toque crujiente a las ensaladas, para hacer un delicioso empanado de carne o pescado o como condimento para un plato de pasta diferente. 

Más información | Archives of Internal Medicine

Y tú, ¿conocías los beneficios de los frutos secos y el AOVE?

 

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