Desde aperitivos hasta postres, los aceites esenciales en la cocina enriquecen platos fríos y calientes, bebidas y postres. Los aceites esenciales son fitoderivados altamente concentrados, y su uso es extremadamente versátil. De hecho, abarca desde la cosmética al uso terapéutico interno e incluso al cuidado de los animales. Uno de los usos menos conocidos pero más interesantes se encuentra en el ámbito gastronómico, hasta el punto de que muchos chefs utilizan habitualmente los aceites esenciales en la cocina.
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La calidad de los aceites esenciales es fundamental
¡Sí, la calidad importa! El primer requisito para que un aceite esencial se integre con éxito en una preparación gastronómica es que sea apto para uso alimentario. Y no todas las esencias lo son. Los de mala calidad, como los aceites reconstituidos químicamente, pueden alterarse comprometiendo el éxito del plato. Por lo tanto, es necesario centrarse en esencias específicas para la ingesta oral, mejor aún si están garantizadas por plantas cultivadas ecológicamente.
Más sabor y aroma
Del laurel al jengibre, del limón a la canela, hay al menos una treintena de aceites esenciales aptos para uso culinario. En general se introduce en los platos con una función aromatizante. Realzan los sabores de quesos, carnes, pescados, verduras, panes, postres, helados, salsas, aceites y bebidas. O añaden una nota aromática original a preparaciones más tradicionales. Todo ello con dosis mínimas, permitiéndote además disponer de una amplia gama de aromas durante largos periodos, ya que los aceites esenciales mantienen su olor y propiedades inalteradas durante mucho tiempo.
Cómo se usan los aceites esenciales en la cocina
Los aceites esenciales se utilizan en gotas, normalmente una gota por cada cien gramos de producto. Son potentes y concentrados y, si te excedes en las dosis, su intenso aroma puede hacer que un plato resulte desagradable. Otra precaución: los aceites esenciales siempre deben emulsionarse con un vehículo graso, generalmente aceite de oliva virgen extra, de lo contrario no se mezclan bien con la preparación. Por último, no se deben cocinar sino añadir al final porque el calor puede alterar el sabor.
Las combinaciones más adecuadas
¿Cómo combinar mejor los aceites esenciales con diversas preparaciones alimenticias?
– Albahaca, romero, orégano, limón se prestan para aromatizar aceites y vinagres (una gota por cada 10 ml de aceite o vinagre).
– Ideales para aliñar las verduras crudas son el limón, el hinojo, el mirto, el laurel y el jengibre: una gota diluida en una cucharadita de aceite de oliva virgen extra.
– Para pastas y sopas (1-2 gotas para cuatro raciones) son buenas la albahaca, el limón, la mejorana, la pimienta, el apio, el tomillo silvestre. La canela, la naranja dulce y la nuez moscada también son excelentes para sopas dulces como la sopa de calabaza.
– Con legumbres como los garbanzos o las lentejas, además de las umbelíferas, va bien el romero, siempre una gota diluida en una cucharadita de aceite de oliva virgen extra.
– Para marinar carnes y pescados el mirto, el cilantro, la mandarina, el estragón potencian los sabores del mar mientras que el enebro, el orégano, el comino, la canela, la nuez moscada, la pimienta y el romero los de la tierra. Dosis: 1-4 gotas para medio kilo de carne o pescado.
– ¿Quieres que el pan casero o tus galletas sorprendan? Por cada cien gramos de harina, añade 1-3 gotas de tu elección: canela, jengibre, zanahoria, alcaravea, pimienta, cardamomo.
– El comino, el hinojo y el mirto combinan bien con el yogur y los quesos frescos. Este último también es excelente con chocolate.
– Por último, para aromatizar postres de cuchara como mousses, cremas y puddings (1-3 gotas por cada 300 g de producto), son buenas las esencias más florales como la naranja dulce, el jazmín y el ylang ylang.
Y tú, ¿conoces las claves para acertar con los aceites esenciales en la cocina? ¡Cuéntanoslo!