La Universidad de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Investigación en Tecnologías Agroalimentarias, IRTA, ha desarrollado una herramienta capaz de verificar, y garantizar, el origen europeo de un AOVE.
El fraude comercial está muy extendido en este sector, pero el análisis de los hidrocarburos sesquiterpénicos, de los compuestos orgánicos presentes en las plantas, permitirá rastrear su origen geográfico ya que estos elementos tienen una composición diferente según el clima y las diferentes condiciones ambientales.
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Nueva herramienta para verificar el origen geográfico del AOVE
El aceite de oliva es uno de los productos agroalimentarios de mayor prestigio y es la base de la dieta mediterránea.
Al ser un producto de gran interés económico y comercial, se producen adulteraciones y fraudes comerciales sobre su origen y sobre sus variedades, pero ante la falta de herramientas analíticas, hasta el momento ha sido muy difícil identificarlos.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Barcelona, en colaboración con investigadores del Instituto de Investigación en Tecnologías Agroalimentarias, IRTA, han desarrollado una herramienta para comprobar si un aceite de oliva virgen extra es de origen europeo o no, un dato relevante. porque la declaración de origen del aceite está regulada por la UE.
De izquierda a derecha, Francesc Guardiola, Berta Torres-Cobos, Stefania Vichi, Alba Tres y Beatriz Quintanilla-Casas, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y el INSA.
La herramienta de autenticación geográfica, descrita en las revistas Food Chemistry y Food Control, se basa en el análisis de los hidrocarburos sesquiterpénicos, compuestos orgánicos presentes de forma natural en las plantas, que “tienen una composición diferente dependiendo no solo de la planta, sino también del clima, “el entorno y las condiciones en las que creció”, explica Agustí Romero, investigador del IRTA.
Por ello, añade, “pensamos que los hidrocarburos sesquiterpénicos presentes en el aceite de oliva virgen extra pueden ser buenos marcadores geográficos”.
Al respecto, afirma la primera autora de los estudios, Beatriz Quintanilla-Casas, (UB-INSA), «la piedra angular de cualquier herramienta de autenticación eficiente es que se basa en marcadores analíticos sólidos”.
En el caso de la autenticación geográfica del aceite de oliva virgen, sus indicadores deberán depender principalmente de la variedad de aceituna y de su zona de cultivo, sin que influyan significativamente otros factores relacionados con el proceso de extracción o conservación del aceite”.
Una metodología accesible y de fácil aplicación
Una de las ventajas de los sesquiterpenos es que, al ser compuestos semivolátiles, pueden analizarse fácilmente con una técnica ampliamente utilizada y disponible en la mayoría de los laboratorios de control públicos y privados: la cromatografía de gases acoplada a la espectrometría de masas.
El resultado es un perfil cromatográfico específico para cada región geográfica que funciona de forma similar al reconocimiento inequívoco de personas a través de las huellas dactilares.
En este caso, permite identificar los aceites que presentan una señal analítica muy diferente a los considerados como referencia.
Según los investigadores, el proceso que lleva un método analítico a convertirse en una metodología oficial con validez legal “es lento y complejo”.
En cuanto a la nueva técnica, los primeros usuarios potenciales serían los laboratorios de inspección y control, los organismos de certificación y las grandes comercializadoras del sector del aceite.
Por tanto, podría convertirse en una nueva herramienta de cribado aplicable en los procesos de inspección y auditoría, con el objetivo de ayudar a asegurar la autenticidad de los productos que llegan al mercado y así reducir las oportunidades de fraude comercial en el sector alimentario.
El trabajo se realizó dentro del proyecto Oleum (H2020 635690, 2016-2020) y el proyecto regional Autenfood (Ris3CAT COMRDI15-1-0035-01, 2016-2018).